Thursday, March 08, 2007
Casi casi
Después de un mal día, Josote caminaba tranquilamente por la Alameda. El término el mes se acercaba y con él las cuentas se venían encima a un ritmo asfixiante. Al menos tenía trabajo y por eso se consideraba una persona afortunada, aunque ello era insuficiente para vivir de una forma más o menos digna, y por supuesto, no daba lugar para pensar en la felicidad. Simplemente alcanzaba para vivir, o más bien, para sobre-vivir.
Al llegar a una esquina encontró un grupo de personas alrededor de algo. Se acercó con curiosidad y vió a un hombre que movía rapidamente 3 circulos negros gritando con entusiasmo:
- ¡¡EL MONO GANA!! ¡¡LA BLANCA PIERDE!! TODOS GANAN! PONGA SUS DIEZ Y SE LLEVA VEINTE!!
Todos estaban atentos esperando el momento en que el hombre dejaría de mover las chapas para hacer sus apuestas.
Sorpresivamente el hombre miró a Josote preguntando, casi atacando: "¿dónde la vió, amigo?"
Josote pensó en esas 10 lucas que tenía en el bolsillo y con las que esperaba hacer magia para aguantar lo que faltaba del mes. También pensó en todo lo que había escuchado acerca de ese tipo de juegos y gracias a eso se abstuvo de apostar, aunque sentía que estaba seguro del lugar en donde estaba "el mono".
Una mujer que estaba a su lado apostó 20 lucas en el mismo lugar donde Josote quería hacerlo y, como era de esperarse, recibió 40 lucas como premio. Josote se preguntaba por qué fue tan cobarde. Si hubiese apostado, ahora estaría un poco más aliviado. Mientras pensaba todo esto, se seguían efectuando más apuestas y las ganas de participar de Josote iban crecían cada vez más hasta que entró en una suerte de trance. Finalmente terminó poniendo sus 10 lucas sin pensar dónde y sólo después de perderlas tomó conciencia de lo que estaba haciendo. Sintió rabia consigo mismo, pero más que rabia, una terrible verguenza. Al menos Josote aprendió rápido de esta experiencia y con algo de suerte y el gentil auspicio de su suegro pudo llegar a fin de mes. Ahora su situación es mucho mejor y este episodio no es más que un recuerdo... el chiquillo supo salir vivo de donde muchos caen.
Al llegar a una esquina encontró un grupo de personas alrededor de algo. Se acercó con curiosidad y vió a un hombre que movía rapidamente 3 circulos negros gritando con entusiasmo:
- ¡¡EL MONO GANA!! ¡¡LA BLANCA PIERDE!! TODOS GANAN! PONGA SUS DIEZ Y SE LLEVA VEINTE!!
Todos estaban atentos esperando el momento en que el hombre dejaría de mover las chapas para hacer sus apuestas.
Sorpresivamente el hombre miró a Josote preguntando, casi atacando: "¿dónde la vió, amigo?"
Josote pensó en esas 10 lucas que tenía en el bolsillo y con las que esperaba hacer magia para aguantar lo que faltaba del mes. También pensó en todo lo que había escuchado acerca de ese tipo de juegos y gracias a eso se abstuvo de apostar, aunque sentía que estaba seguro del lugar en donde estaba "el mono".
Una mujer que estaba a su lado apostó 20 lucas en el mismo lugar donde Josote quería hacerlo y, como era de esperarse, recibió 40 lucas como premio. Josote se preguntaba por qué fue tan cobarde. Si hubiese apostado, ahora estaría un poco más aliviado. Mientras pensaba todo esto, se seguían efectuando más apuestas y las ganas de participar de Josote iban crecían cada vez más hasta que entró en una suerte de trance. Finalmente terminó poniendo sus 10 lucas sin pensar dónde y sólo después de perderlas tomó conciencia de lo que estaba haciendo. Sintió rabia consigo mismo, pero más que rabia, una terrible verguenza. Al menos Josote aprendió rápido de esta experiencia y con algo de suerte y el gentil auspicio de su suegro pudo llegar a fin de mes. Ahora su situación es mucho mejor y este episodio no es más que un recuerdo... el chiquillo supo salir vivo de donde muchos caen.